Idiotopo alfa: es
donde nace el texto, es la necesidad comunicativa del texto, se encuentra
abierto en la medida en que está en comunicación constante con su medio
ambiente, lingüístico, socio-histórico, cultural; es evolutivo y cambiante,
pero también dotado de sólidas características y de una estructura particular.
Se encuentra formado por el
ámbito psíquico y biográfico del individuo así como de elementos de su medio
ambiente como: tiempos, espacios, personas y acontecimientos con los cuales ha
estado en relación directa o indirecta. Un elemento fundamental del Idiotopo es
el cultural o sea la memoria de todo lo que el sujeto ha visto, oído, leído,
aprendido, asimilado, integrado, en todos los campos.
El lenguaje es un elemento
constructivo y estructurante del
Idiotopo A, con el que impulsa la pulsión de comunicación que postulamos en el
origen del texto Así es como el Idiotopo A va a dar forma al semiotopo del
texto en su fase de producción.
Sujeto
A: el autor forma parte integrante del sujeto
A, pero no constituye su totalidad, sino lo que podríamos llamar el “núcleo
duro”, en torno a este núcleo se integran los elementos participativos del
proceso de producción desde las características de la persona que escribe, su
cultura, su biografía, hasta el conjunto de los posibles participantes
secundarios en ese proceso (maestros, discípulos, parientes, amigos,
prologuistas, editores, ilustradores, etcétera, véanse los “agradecimientos” o
las dedicatorias). Esto si se le considera en sincronía.
Si
sucede en diacronía el proceso se complica pues pasa por la fase de recepción y
la circulación del sentido cumple su recorrido volviendo hacia el sujeto A,
pero no de la misma forma sino que ahora produce múltiples efectos como:
simplificación, deformación, idealización, mitificación, recuperación,
etcétera. La evolución histórica de las imágenes del sujeto A es, generalmente,
muy lenta y algunas veces sufre bruscas alteraciones por los diversos estudios
sobre su persona, modificando de manera significativa el hecho.
Existen
tres hechos especiales en torno al sujeto A:
o
Tradición oral cuando los escritos
no tienen un autor sino un conjunto inmenso de gente involucrada, en donde un
narrador es el sujeto mediador entre el conjunto colectivo construido por la
tradición oral y el sujeto receptor.
o
Obras con autor “inventado” en el
cual hay que representar el núcleo necesario unificador del sujeto A, poco
importa que no haya detrás ninguna biografía, ningún documento, ninguna
característica, Si el Autor no existía, había que inventarlo.
o
Obras anónimas durante la época
anterior al Renacimiento El sujeto A no requería un núcleo individual ya que el
individuo no detenía la función generadora; el núcleo auténtico era esa fuente
donde el artista mediador encontraba su fuerza creadora. (musa).
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